Este artículo está dirigido a todos los propietarios y amantes de los perros que de alguna forma tiene contacto con estos animales de compañía, para que conozcan la importancia que tienen los primeros meses de vida y el desarrollo del cachorro desde su evolución cerebral y expresión de rasgos de carácter heredados.
El proceso de maduración del cerebro pasa por cuatro etapas determinantes que transcurren desde su nacimiento hasta los cuatro meses, cada una con características particulares pero todas determinantes en su momento.
Primer periodo sensible del cachorro (Día 0 – 21, Semana 1 – 3)
Es concluyente el número de días de gestación y desarrollo de los cachorros en el útero de la madre, ya que alcanzan mayor madurez mientras permanezcan en el vientre; sin embargo es hasta el último día de esta fase que se hacen operativos los sentidos.
Dependen completamente de su madre para sus necesidades básicas como son temperatura corporal o alimento, por lo que solo presentan sensaciones táctiles al contacto con la madre y sensaciones térmicas, pero la vista y el oído aun no son operativos.
El cerebro es todavía inmaduro y la presencia de ondas cerebrales es mínima, por lo que no existe efecto del ambiente o si lo hay no es significativo.
Segundo periodo de desarrollo del cachorro (Día 21 – 49, Semana 3 – 7)
Desde la primera semana empiezan a percibir estímulos por los sentidos y todo lo que aprenden a través de ellos serán muy significativos por ser sus primeros conocimientos, siendo esto algo que ayudará al entono a afectarlos de forma decisiva. Aunque los sentidos ya son funcionales, todavía deben aprender a utilizarlos y así su vida emocional y mental empieza a funcionar.
La madre les enseña el mundo, así como también les da a conocer cuales son los estímulos positivos y cuales no; de allí la importancia de no separar a los cachorros de la madre, ella se encarga de transmitirles protección y seguridad para aprender y una separación de la mamá podría ser peligrosa y traumática.
Es una etapa de socialización con los compañeros de camada, a partir de ahora comienzan los juegos y la dominación social, actividades que permitirán a los cachorros instaurar su temperamento para que no sean inquietos, ruidosos o inseguros porque aprendieron los límites y las expresiones corporales del mundo canino.
Comienza también el aprendizaje, todo lo que asimile marcará su vida para siempre y no lo olvidará nunca, momento en el que hay que ser muy cuidadoso con el impacto emocional que provoquen todos los estímulos nuevos.
El cerebro y el sistema nervioso del cachorro todavía están en desarrollo, pero la capacidad de aprendizaje progresa rápidamente y es hasta el final de la semana 7 que ya es el cerebro de un adulto pero sin experiencia y poca concentración.
Tercer periodo de adelanto emocional del cachorro (Día 49 – 84, Semana 7 – 12)
Entre la sétima y octava semana puede ser un buen momento para llevar a los cachorros a su nuevo hogar, donde se debe dedicar tiempo a la relación con él y crear un vínculo con su nuevo amo, el cual afectará de forma decisiva su conducta porque aprende a desarrollarse como individuo y a conocer el papel que juega en la familia. De igual modo, aprende que puede ser un compañero para los humanos y se debe fomentar su instinto de manada con el humano como líder para así establecer la jerarquía.
Su gran capacidad de asociación convierte este momento en el mejor para modelar sus rasgos de temperamento, potenciando los que interesan e inhibiendo los que no se quieran conservar, a través del adiestramiento preliminar que se deberá realizar en forma de juego y con duración mínima a través de diferentes vivencias que enriquezcan su parte emocional y mental; este entrenamiento fortalecerá el vínculo con su amo.
Cuarto periodo de desarrollo del cachorro (Día 84 – 112, Semana 12 – 16)
El desarrollo mental y emocional se completa al final del periodo y se definirá el temperamento del perro para siempre, por eso se deben potenciar sus habilidades aun cuando ya contenga rasgos genéticos.
Se puede comenzar un adiestramiento más serio, pero siempre evitando la cantidad de correcciones; ya que se pretende optimizar el vínculo con su amo y reforzar su autoconfianza para que el perro se sienta importante y realice los ejercicios a placer.
Los cachorros son muy sensibles a esta edad y las correcciones pueden generar ansiedad, por lo que las clases deben llevarse a cabo en un ambiente lúdico a través de experiencias positivas.
A pesar de que la agresión no es hereditaria, puede existir un potencial que se empieza a evidenciar en este tiempo, especialmente en los hogares con varios machos donde se muestra lucha y rivalidad.
También es de especial importancia separar a los cachorros de la camada antes de las 16 semanas, ya que pierden la posibilidad de relacionarse fuera de ella y crecen a la sombra de su madre, razón por la cual nunca expresan sus rasgos propios, además el vínculo con el amo se vuelve difícil de establecer. Esto no quiere decir que no sea posible modificarlo, si no que el proceso sería más lento y complicado.